Podemos reconocer la presencia de Dios dentro de nosotros, en el hermano, en nuestro entorno, en la Eucaristía y en sus ministros, pero para que eso sea posible, debemos ante todo reconocer su presencia en su Palabra que es vida. Palabra que debe ser vida en nuestra vida.
Partiendo de esto, su presencia se hace evidente en todo lugar.
Tratemos de vivir una sola de sus Palabras y veremos la gran luz que invadirá nuestra vida.
Dios está en todo y en todos, pero para reconocerlo debemos vivir su Palabra con confianza.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Con espíritu de fe, que no es solo creer en las verdades de nuestra religión, sino admitir de corazón que detrás de todas las circunstancias, que pueden no ser de nuestro agrado, está siempre Él, Dios, que nos educa y nos ayuda a crecer. (P.M.)