El mandamiento de amor por excelencia es “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn. 15,12)
Si vivimos el Mandamiento Nuevo de Jesús, viviremos toda su enseñanza. Y así, construiremos relaciones sólidas, que se basan en el amor recíproco. Él es la roca segura sobre la que podemos construir todo tipo de relaciones: familiares, de amistad, entre padres e hijos, entre marido y mujer, en la comunidad.
En las cosas simples de la vida cotidiana, podemos construir relaciones sinceras y sólidas.
Pueden ser delicadezas o pequeñas gentilezas que dejan feliz al otro, o en momentos de grandes dificultades cuando demostramos un amor que está dispuesto a dar la vida por el otro.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¿Pequeñas? Con poquito fuego se enciende mucho fuego. Basta poner el corazón en lo que hacemos, para encender "la cosa más grande", que es traer a Dios a nuestro mundo, el Amor. Eso es lo que hace la Virgen Madre. Y también sus hijos. (P.M.)