El amigo ama todo el tiempo y está presente en el momento de la angustia. (Cf. Pr. 17,17)
Una amistad verdadera y sincera es un tesoro en nuestras vidas.
La mejor estrategia para ganarse amigos es entablar amistad con todos del modo más puro y sincero, y sin esperar nada a cambio.
Cultivo mis relaciones personales tratando de reconocer la presencia de Dios en cada amigo y amiga.
Cuando toda mi dedicación a estas amistades es motivada por amor a Dios, todos la sienten como exclusiva, pero al mismo tiempo, son amistades abiertas que acogen a todos.
Nada más gratificante que cuando visitamos a un amigo en dificultad, y que al vernos, él dice: ¡estaba seguro que tu vendrías!
En ese momento, la gratitud se vuelve recíproca.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¡Qué sano es fijar la mirada, desde que amanecemos, en la vida que nos rodea! Nuestro vivir y pensar y sufrir, nuestras relaciones...todo nos convierte en protagonistas de la elevación o el rebajamiento de esta Familia y "Casa común". (P.M.)