El perdón puede ser una decisión y una actitud unilateral. La reconciliación requiere la participación de ambas partes, de lo contrario no se concreta.
Para que la reconciliación supere a la injusticia, es necesario que haya un arrepentimiento sincero, iniciativa de pedir perdón, así como la voluntad de conceder el perdón.
Cuando soy la parte ofendida, mi esfuerzo será comprender y aceptar el deseo del otro de acercarse, de recuperar la confianza perdida y recomenzar.
Cuando soy yo quien ofendió, el primer paso es admitir el error y pedir disculpas, demostrando sinceramente el arrepentimiento y el deseo de recomenzar.
Cuando al menos hay el deseo de que el amor sea recíproco, Dios puede darnos un corazón puro y un espíritu decidido que supere la injusticia con la reconciliación.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento