Saber, porque es un arte que va dictando la sensibilidad del amor en cada circunstancia. Son tantas las veces que el roce de la convivencia pone a prueba la concordia, que conviene no hacerla más pesada con las disculpas. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
A veces, porque creo que tengo razón en algo, termino ofendiendo a alguien. Y lo peor de todo: incluso en nombre de la razón, creo que tengo derecho a no pedir disculpas.
Es importante hacer la siguiente reflexión: ¿qué es lo más importante? ¿Mi razón o la relación con la otra persona?
Las relaciones están por sobre todas las razones. Por eso, aclarar, pedir disculpas, recomenzar, destacar, es algo fundamental en mi relación con todos.
Además, en cada tema yo tengo mi “razón” y el otro la suya.
El diálogo sólo será posible si dejamos de lado las "razones" y cultivamos el amor mutuo con un pedido sincero de disculpas.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento