Cuando le pedimos algo a Dios, generalmente queremos una respuesta rápida en la forma en que lo imaginamos. El camino de Dios no siempre coincide con el nuestro. Muchas veces su camino es diferente de aquel que deseamos. Pero, seguramente es lo mejor y contribuye a un bien mayor.
Dios nos libera de situaciones que a veces ni siquiera conocemos. O pasamos por otras, de las que salimos fortificados y nutridos espiritualmente.
Cuando estamos viviendo un momento de prueba, hagamos nuestra parte; hagamos todo lo que esté a nuestro alcance, pero sobre todo confiemos en Dios.
Debemos creer en las palabras de Pablo: “Dios dispone, todas las cosas para el bien de los que lo aman.” (Ro. 8,28)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Como el mejor de los padres, Dios no maleduca a sus hijos. Cuando tientan los errores en nuestro mundo, Dios nos quiere defensores de la Verdad; cuando se imponen el rencor y la división, Él forja en nosotros un "amor probado". (P.M.)