María asumió un compromiso con Dios y lo cumplió por toda su vida.
Aceptó ser madre del Salvador; protegió al niño Jesús de Herodes huyendo a Egipto junto a José; lo cuidó mientras crecía; lo acompañó en su vida pública, con el corazón y muchas veces de cerca; permaneció de pie a su lado cuando estaba en la cruz; ciertamente vivió con Él después de la resurrección; permaneció junto a los apóstoles esperando la manifestación del Espíritu Santo; convivió con la comunidad de los primeros cristianos siendo ejemplo de discípula y dando testimonio de la fe en Cristo.
Creo que cuando Jesús dijo que quien hace la voluntad de su Padre se convierte en su madre, su hermana y su hermano, demostró que María fue doblemente madre y también su hermana, porque ella fue el ejemplo de criatura que siempre actuó delante de Dios, haciendo Su voluntad.
Que nosotros sepamos actuar como María, siempre delante de Dios.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Un corazón humilde acepta conocer lo que los demás opinan sobre sus actuaciones; pero, ni siquiera el juicio de su propia conciencia es determinante. El único Juez justo es Dios. ¡Cuánto bien nos hace "traerle siempre presente"! (P.M.)