“Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.” (Jn. 10,27)
Al comienzo de este capítulo, Jesús dice que Él es el Buen Pastor y que ama a Sus ovejas.
Somos amados por Dios y Jesús dio su vida por nosotros, por cada uno de nosotros. No hay un amor más grande que este.
Al escuchar la voz del pastor las ovejas lo siguen. Y están felices porque saben que las guiará por verdes pastos y saciará su sed.
Somos felices cuando escuchamos la voz de Dios y la seguimos, porque sabemos que Él cubre todo y nada nos faltará.
Escuchar y seguir; es decir, practicar, vivir, descubrir a Jesús que es Camino, Verdad y Vida.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
El "volumen" de esa voz dependerá de la "intensidad del amor". Si vivo atento a quien está a mi lado, los oídos del alma (que tiene sus sentidos como los tiene el cuerpo) "oyen" bien, el corazón "ve" y se entrega y es feliz amando. (P.M.)