Dar lo que somos, lo que tenemos, con las fuerzas de que disponemos. Un dinero, una palabra, una sonrisa... Dar de corazón. Nos sentiremos hijos del "Dador de todos los bienes". Es un arte que, si se aprende de niños, el mundo estaría salvado. (P.M.)
Hace algún tiempo conocí un grupo llamado “Done amor”
Ellos recogen donaciones y asisten a algunos asilos de ancianos, también asisten a personas sin hogar que viven en las calles de la ciudad de Maceió en Brasil.
Los acompañé algunas veces. Impresiona la alegría de la gente cuando ellos llegan, ya los reconocen de lejos. Sin embargo, lo que más me impresionó fue descubrir la alegría en sus rostros, en sus miradas.
Ciertamente son personas que como todas las demás, tienen problemas, familia, otras actividades, preocupaciones, pero dedican su tiempo a los demás, a los necesitados.
Reconozco en ellos, en sus rostros, la concretización de la frase: “La felicidad está más en dar que en recibir.” (He. 20,35)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento