Porque "el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios", contamos nosotros con la Llama de ese Corazón. Mejor, pues, no distraernos demasiado con nuestras "pobrezas" y mirarle a Él. Dios está siempre con las manos llenas. (P.M.)
Dar a manos llenas significa dar generosamente.
Con las manos llenas, sobre todo, de amor por todos; manos llenas de nuestros talentos, de nuestros dones espirituales, de nuestra disponibilidad de tiempo; manos llenas de virtudes, que se viven por amor: paciencia, mansedumbre, humildad, desapego de las cosas materiales.
Dar a manos llenas de las cosas que son nuestras, pero también llenas de las cosas de Dios.
Termino esta reflexión con una frase de un himno de la Iglesia Católica en Brasil: “Siempre queda un poco de perfume en las manos que ofrecen rosas, en las manos que saben ser generosas.”
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento