Con la actitud de quien sirve: sin invadir ni atropellar ni atosigar. Dios sabe cómo amarnos porque nos conoce por dentro; nosotros tenemos que adivinarlo constantemente. Solo la humildad enseña a respetar el "misterio" de las personas. (P.M.)
El amor que requiere humildad es aquel del que Jesús nos dio testimonio en la última cena, cuando lavó los pies de los apóstoles.
Él hizo este gesto para explicar cómo debe ser vivido el amor recíproco: con el servicio.
En todas sus enseñanzas Jesús ponía el amor en el centro de todo. El amor con testimonio, enseñado con la vida, con hechos y palabras.
Este es el amor que requiere humildad para ser vivido, porque significa servir con gratuidad y sin hacer distinción de personas. Jesús lavó los pies de los 12 apóstoles, incluso de Judas que lo traicionó.
“Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.” (Jn. 13,14)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento