Porque así es como nos parecemos a Dios que nos creó. Es sello de Familia. Solo así, amándonos mutuamente en la vida ordinaria, nos "perfeccionamos" y transformamos este mundo. ¡Pobre humanidad sin esta fraternidad universal! (P.M.)
Creo que no hay un acuerdo más grande entre dos o más personas que firmar un pacto de vivir el amor recíproco por sobre todas las cosas.
El amor recíproco vivido intensamente atrae la presencia de Dios entre nosotros y genera la unidad. Y la unidad es nuestra mayor fortaleza. Con ella superamos cualquier obstáculo.
La presencia de Dios entre nosotros, por medio del amor recíproco, trae luz, fuerza y coraje.
Para vivir bien el amor recíproco, es necesario tener un corazón misericordioso. Por eso, antes de hacer entre nosotros un pacto de amor recíproco, hagamos un pacto de misericordia para vernos siempre nuevos, como Dios nos ve.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento