Ir, avanzar, progresar. Pero con la idea de "progreso" de los hijos de Dios; "viandantes" hacia la plenitud eterna, que Él nos ofrece; humildes sembradores de esperanza en un mundo de contradicciones, pero que amamos. Es nuestro mundo. (P.M.)
Cada dificultad es un desafío y cada desafío es una experiencia de aprendizaje.
No debemos desanimarnos ante las dificultades. Debemos verlas como oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
Las personas que saben enfrentar las dificultades son conocidas como personas valientes y perseverantes. Sirven como ejemplo y aliento para los demás.
Además, cada dificultad es una ocasión para perfeccionar nuestro amor, purificándolo de las impurezas del egoísmo.
Cada dificultad es también una gran oportunidad para acercarnos a lo Divino.
Tener a Dios como socio en las dificultades es una certeza de victoria.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento