Es natural que ocupaciones y preocupaciones personales ocupen cada mañana el primer lugar en el corazón. Pero ¡atención! Solo si lo primero es el amor entre nosotros -y "el amor es de Dios"- , tendremos la luz y no se nos apagará la alegría. (P.M.)
Cada ocasión debe ser motivo para aumentar el amor entre nosotros.
Nada puede perturbar un corazón que ama. Y cada desafío, le hace destilar la savia del amor que impregna su vida, sublimando las amarguras y usando las piedras del camino para construir un mundo mejor. Haciendo de cada obstáculo un trampolín que lo lance hacia adelante y lo haga sumergirse más profundamente en la caridad.
Si la montaña de los problemas parece muy alta para ser escalada, rodéala por el camino del amor; si las barreras parecen infranqueables, deja que los hermanos te ayuden; si llegaste al límite de lo imposible, confía en Dios que ya venció al mundo.
Vivamos este día en el amor mutuo que no conoce barreras y que nunca debe detenerse.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento