En el Evangelio de Marcos, él relata una serie de milagros realizados por Jesús. En la mayoría de ellos Jesús agrega al final que la curación ocurrió por la fe de la persona.
Algunos son milagros de curación de enfermedades, otros son milagros de conversión.
Nuestra relación con Dios debe ser de total confianza: creer que Él puede realizar el milagro de nuestra conversión a través de su amor infinito. Perdonando nuestras faltas, abriendo nuestros ojos para ver las necesidades de quien está a nuestro lado, abriendo nuestros oídos para escuchar el grito de los necesitados, purificando nuestro corazón para que podamos amar a cada persona con la misma misericordia y compasión con que Jesús nos ama.
Que en este día podamos decir delante de cualquier dificultad: “Yo creo. Es posible!”
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¿Y yo la tengo? ¿Mucha? ¿Poca? Mejor no perdernos en demasiados análisis. Es un regalo la fe. Y se nos recomendó vivirla con la gozosa "despreocupación" de los niños que juegan y se mueven tranquilos: están sus padres, eso es todo. (P.M.)