La hospitalidad es una expresión del amor fraterno, debemos practicarla siempre.
Cuando conocemos a alguien y lo acogemos, que no sea solo por cortesía o educación, sino por amor, con un corazón que da calor al corazón del otro y enciende el fuego del amor fraterno.
A veces encontramos personas que son ángeles y no lo sabemos. A veces podemos ser ángeles también nosotros.
Hace algún tiempo atendí a una paciente anciana que se quejaba mucho, pero su enfermedad de base era la soledad. Por eso, solo la acogí y le di atención, y ella quedó muy contenta.
La medicación prescrita fue solo paliativa, el verdadero remedio fue la acogida y la atención.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Porque tanta controversia ideológica y tanta confrontación parece impedirnos soñar una sociedad fraterna. Sin embargo, algún día tendremos todos que responder a Dios si, al presentarse Él como "forastero", le acogimos o no. (P.M.)