Estas dos acciones que podemos hacer, le agradan tanto a Dios que Él las prefiere en lugar de los sacrificios.
De hecho, hacer buenas acciones es practicar la misericordia como la expresión más sublime y más hermosa del amor.
Hacer una buena acción no se trata solo de ayudar a alguien. Es también perdonar, aconsejar, escuchar, respetar al otro, valorar sus cualidades.
Practicar la comunión de bienes con los hermanos y hermanas es la expresión más elocuente del amor recíproco vivido de la forma como Jesús nos enseñó.
Mido mi necesidad por la necesidad del otro: para que no haya sobras y desperdicios para mí, ni faltas y carencias para los demás.
Solo el amor es capaz de eliminar las divisiones de todos los tipos que existen entre nosotros.
La justicia sirve para crear igualdad, pero el amor sirve para crear fraternidad.¹
¹ Concepto tomado del comentario de la Palabra de Vida de febrero.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
"Hacer el bien y ayudarnos mutuamente; esos son los sacrificios que agradan a Dios". Cuando Él anda entre nosotros, el amor se pone en movimiento, está vivo, todo circula. Y el desprendimiento es nuestra mayor riqueza. (P.M.)