En el texto, Pablo pone esta frase como su secreto para vivir cualquier tipo de situación: en la miseria o en la abundancia, saciado o pasando hambre. Es decir, su confianza y su secreto está en tener la compañía constante de Jesús, que es su fuerza.
En nuestro día a día podemos tener el mismo secreto, la misma seguridad y confianza, porque Él está siempre presente, somos nosotros que no lo percibimos o pensamos que podemos resolver todo solos.
Cualquier acción conjunta es más eficaz que una acción individual solitaria.
Confiemos en quien tiene la fuerza y está siempre a nuestro lado.
A través de la comunión con los hermanos y hermanas, Jesús nos conforta y nos da fuerza.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Se atrevía San Pablo -cautivo- a escribir así sintiendo la fuerza del Espíritu y una comunidad que lo amaba. ¡Ojalá podamos experimentarlo también nosotros!: ser siempre punta de una flecha que posee la energía de todo el arco. (P.M)