Hace más de un año que los noticieros solo hablan de estadísticas de muertes y enfermos.
Mi reflexión en esta Pascua fue preguntarme: ¿Cómo puedo ser portador de vida y esperanza frente a los escenarios de desolación que vemos todos los días?
La fe en el Resucitado me lleva a ver los hechos con los ojos de Dios.
Él está presente. Por más que muchos no lo sientan, Dios está en cada enfermo, en cada sufrimiento, en cada familia en duelo. Está también en cada agente de salud, en cada científico, en cada cuidador.
En medio del mar revuelto por la tempestad de la pandemia covid-19, Él viene a nuestro encuentro caminando sobre las aguas y nos dice: “Tranquilícense, soy yo; no teman” (Mt. 14,27)
En Jesús resucitado está la soberanía de la vida y de la esperanza. Por lo tanto, en Él está también la soberanía de la historia, de nuestra historia.
¡Llevemos vida y esperanza a todos!
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Pongámonos a la tarea; mejor juntos: Un gesto amable, una sonrisa sincera, una palabra de aliento... Son "brotes de resurrección". ¿Su Raíz? El Amor más Grande que todo lo vence. Vivimos y contagiamos la vida, cuando amamos. (P.M.)