Recomenzar siempre es perseverar, es reconocer nuestras debilidades e incluso así, no desistir. Dios no nos ayuda porque seamos fuertes e invencibles, sino porque sobre nuestra nada manifiesta su gloria y nos hace felices.
Recomenzar mil veces, levantarse incansablemente, porque Dios no mira nuestras caídas y tropiezos, sino nuestros recomienzos.
Recomenzar es como renacer, es ver la vida siempre nueva, es tener una nueva oportunidad por delante siempre.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Es como un grito del corazón que nos repetimos mutuamente, y que nos mantiene firmes y sanos. Porque fundamos nuestra vida en esa mirada y esas Manos de Dios que nos están bendiciendo y renovando constantemente. (P.M.)