El artista pone todo su arte en cualquier obra que realiza, no importa si es pequeña o grande, la hace con solemnidad. Su marca estará en todas ellas.
De la misma manera, debemos vivir cada momento poniendo en práctica el arte de amar.
Haremos de cada momento una obra maestra. Cada momento será transformado en un acto de amor.
Las personas que aman con un corazón puro, son reconocidas por sus obras. Dejan la marca imborrable del amor en todo lo que hacen. Las obras que se hacen por amor perduran, incluso después de la muerte. Vemos esto en el ejemplo de muchos santos, que dejaron el rastro luminoso de la caridad vivida de manera heroica.
Entonces, para hoy, desde un pequeño gesto hasta una gran obra, hagamos todo por amor y con solemnidad.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Cuando a base de constancia y humildad, recomenzando siempre, vamos siendo capaces de vivir en presencia de Dios y de hacerlo todo por amor a Él, un cierto sentido de continuidad sosiega el corazón: es la paz de los hijos, la paz de Dios. (P.M.)