Para Dios todo tiene valor, no hay gesto pequeño o grande cuando la intención es la misma; es decir, amar a Dios en el hermano.
Jesús dice que ni siquiera un vaso de agua ofrecido por amor a Él quedará sin recompensa. No debemos actuar por la recompensa, pero esto demuestra cuánto tienen valor los pequeños gestos de amor.
No conviene idealizar un momento glorioso para vivir la caridad; podemos vivirla en el día a día, momento a momento. Esta es su grandeza.
“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho.” (Lc. 16,10)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¡De cuántos "pocos" se compone la vida ordinaria! Pero ¡qué "extraordinaria" belleza la fidelidad! Al Amor siempre nuevo de la Madre le rezamos: "Ruega por nosotros ahora (lo poco) y en la hora de la muerte (que será lo mucho)". (P.M.)