El que ama al prójimo cumple todas las leyes humanas y divinas.
Veo que esta es una gran verdad, ya que hasta en las Sagradas Escrituras dice que el que ama permanece en la luz y no corre el riesgo de caer en el error. (Cf. 1Jn. 2,10)
Quien ama al prójimo no le causa ningún daño, al contrario, le concede todo lo que le corresponde y mucho más.
Dedicarse al otro como a uno mismo es la medida ideal de este amor. Y la medida suprema es aquella con la que Jesús nos amó dando su vida, medida que debe ser recíproca entre nosotros.
Quieres cumplir todas las leyes? Ama a tu prójimo y dedícate a él!
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Sobre todo, al más débil, el que más nos recuerda la verdad de "nuestra propia carne". Por ese "camino" de la fragilidad es por donde Dios viene y se queda entre nosotros, y goza viendo cómo nos amamos y construimos la familia. (P.M.)