Si nuestro amor fuera nuevo, nuestra mirada también lo será.
Las personas cambian, pero si no cambia nuestra mirada, no veremos ese cambio.
Una mirada renovada por el amor logra ver cuánto bien hay en cada persona.
El amor es como la lupa que nos hace ver mejor lo positivo y nos hace ver y entender la debilidad del otro sin juzgarlo. Esto es amor, esto es tener una mirada nueva.
Tener ojos nuevos es también quitar el tronco de nuestro ojo para ver mejor la paja en el ojo del hermano. (Cf. Mt. 7,5)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¡Cuánta sabiduría encierran esos ojos nuevos! Quisieran parecerse a los ojos de Dios, que, con su infinita paciencia, espera y confía y nos da ánimos. ¿No estamos todos en camino, siempre mejorables? ¿A qué tanta prisa por juzgarnos? (P.M.)