Nadie puede conocer la intención del otro sin que él lo diga claramente.
Una broma puede interpretarse como una ofensa; un criterio puede parecer una ironía; una opinión contraria puede parecer una afrenta; un silencio puede interpretarse como indiferencia. Toda suposición, toda interpretación de algo, en realidad puede ser muy diferente.
Necesitamos escucharnos más. Necesitamos creer más en los lazos que nos unen, que en las sensaciones que nos separan.
Es necesario no interpretar antes de escuchar. Es necesario abrir el corazón a la escucha recíproca.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Porque ese es, el corazón, más que los oídos, el que atiende y acoge y se compenetra con quien nos habla. Un corazón abierto es como un seno materno que goza haciendo suyo el fondo bueno de las personas y los acontecimientos. (P.M.)