La espiritualidad de Madre Teresa de Calcuta se basa en el pasaje del Evangelio de Mateo donde está escrito: “… a mí me lo hiciste” (Cf. Mt. 25,40)
Durante toda su vida, reconoció la presencia de Jesús en cada pobre o moribundo que encontró en las calles.
Mirando su ejemplo, podemos vivir este día tratando de amar a quien está a nuestro lado, ayudándolo en sus necesidades. No necesariamente un pobre, sino cualquier persona, porque todos tienen necesidades.
Un amigo o amiga, un miembro de la familia, un compañero de trabajo o un desconocido. No importa. Cualquier gesto, por más simple que sea, hecho por amor, nos hace sentir en el corazón la respuesta de Jesús: “A mí me lo hiciste”
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¡Qué sano es ir por la vida humildes y pendientes siempre de nuestro prójimo! Somos todos pobres y ricos. Pobres, porque nos necesitamos mutuamente; ricos, porque, en cualquier situación nuestra, siempre podremos amar. Y amar es dar. (P.M.)