A veces decimos que confiamos en Dios, pero en el fondo solo deseamos que Él satisfaga nuestros deseos y nos ayude a realizar nuestros proyectos.
Confiar en Dios significa decir: “Aquí estoy! Dispuesto, listo para hacer tu voluntad!”
No contar sólo con nuestras fuerzas significa no confiar sólo en nuestras capacidades, sino entregarse por completo en las manos de Dios. Y no solamente en las dificultades, sino en todo momento.
Podemos ser habilidosos y expertos en varios campos del conocimiento humano. Aun así, saber escuchar a los demás y aprender con ellos es la habilidad que nos hace llegar más cerca de la perfección.
El amor al prójimo y la confianza en Dios nos da la seguridad del éxito.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Y decírselo: que contamos con Él, que "caminamos en su presencia" y le estamos agradecidos. Deseando que nuestro mundo perciba lo sana que es esta "humildad del corazón". Él nuestra fuerza y nuestra más profunda seguridad. (P.M.)