“Hágase tu voluntad”
Cuántas veces repetimos esta frase y no nos damos cuenta de lo que decimos. Está en la oración del Padre Nuestro y si se dijera con compromiso, con seriedad, nuestra vida sería muy diferente.
La voluntad de Dios es todo amor, en cualquier situación. Incluso cuando tenemos que beber el cáliz amargo del dolor, allí la encontramos. Es siempre la misma voluntad de varias formas, es siempre el mismo amor y en la misma intensidad.
El que hace la voluntad del Padre, genera a Cristo en su corazón y lo lleva a todas las personas que lo rodean.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Lo nota el corazón si es sincero: cuando el pensamiento se tuerce y la voluntad hace lo que no debe, el remordimiento es el pilotito rojo que se nos enciende. ¿Y qué "pobre agua" ofrece a los demás el río que somos, separado de la Fuente? (P.M.)