Cuando estamos pasando por dificultades, Dios viene a nosotros por medio de los hermanos y hermanas que nos asisten y nos dan apoyo; Él viene también a través de una fuerza interior que no se explica, pero se siente. Una fuerza que no viene de nosotros mismos.
Sentimos la presencia de alguien más que no nos deja solos.
El que tiene fe, enfrenta las dificultades sin perder la esperanza; soporta el dolor aceptándolo como cruz que lo llevará a la resurrección; va más allá del sufrimiento para amar al prójimo; ofrece su sufrimiento a Dios, para que lo transforme en amor.
Dios nos ama y nos sustenta siempre cuando lo elegimos como compañero de viaje a lo largo de la vida.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento