El corazón de madre late junto con el corazón del hijo no sólo durante los nueve meses de gestación, sino durante toda su vida.
La madre cuida, alimenta y acompaña al hijo en todas las etapas de su vida. Diría que incluso: con la maternidad la mujer se “olvida” de ella misma para vivir la vida de los hijos.
El corazón de una madre ama siempre y ama hasta el final.
Es el amor que más se acerca al amor de Dios por cada uno de nosotros.
Podemos igualar nuestro amor para con el prójimo con el amor de una madre.
Que durante el día de hoy podamos ser el reflejo de este amor para con cada persona que pase a nuestro lado.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Quiere decir: menos rudeza y dureza, menos ideología y divisiones, menos ansias y luchas de poder; y más corazón y sensibilidad, más sentido de familia y de unidad entre nosotros, más sencillez y más ternura. Más sentido de Dios. (P.M.)