A quien envenena el mundo con el odio y la violencia, respondemos limpiando nuestro espacio (las pequeñas ofensas, un desaire, una incomprensión...) con la misericordia de Dios, que esta Semana Santa veneramos como Vencedor del Mal. (P.M.)
Responder con amor las ofensas es un acto de coraje e inteligencia, porque el bien conspira a favor de quien ama, la paz reside en un corazón amigable y la felicidad no se aparta de quien sabe perdonar.
Repartir amor en medio de ofensas es no perder el buen camino y ser luz para quien está en error.
Quien responde a las ofensas con amor no es ingenuo, sino que tiene la astucia de los sabios que saben recoger las piedras que les arrojan, para construir una fortaleza contra el mal.
No digas que es imposible antes de intentar por lo menos una vez.
Verás que el amor es más fuerte que cualquier cosa y logra eliminar el odio dentro de nosotros.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento