Si somos todos constructores, la confianza mutua es el cemento de esa construcción. No haremos las cosas del mismo modo (somos, gracias a Dios, distintos), pero, si vamos a lo mismo -el Reino de Dios-, Él bendecirá y hará suya la obra. (P.M.)
Un elemento fundamental en cualquier relación es la confianza.
No se puede tener una verdadera relación si no existe este elemento y si no es recíproco.
Todos tenemos debilidades y no siempre podemos superarlas. Necesitamos ser reconocidos y tener la confianza de los demás, para tener el estímulo de vencerlas y dar un paso definitivo.
La vulnerabilidad nos acompañará hasta el final de nuestra vida y en esta regla no hay excepciones.
La confianza nos ayuda a ser fuertes; de hecho, es la mayor ayuda que podemos darnos unos a otros frente a nuestros grandes y pequeños defectos.
Sobre todo, tener confianza en el amor que el hermano nos tiene reservado.
Confiar no significa ser ingenuo, significa ser misericordioso y perdonar setenta veces siete.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento