No es difícil entender que "toda la creación está gimiendo y sufre dolores de parto": guerras, hambre, corrupción... Lo que nos cuesta entender es que Dios "gime, ora y confiesa su debilidad en nosotros, con nosotros y por nosotros". (P.M.)
Ser ecológicamente correcto requiere amor a uno mismo, amor por el hermano y amor por Dios.
Amor a sí mismo porque cuidar del medio ambiente contribuye al propio bienestar y a la propia salud.
Amor al prójimo por las mismas razones, basta confirmar la intención y pensar en el bien de todos.
Amor a Dios porque la creación es un don que nos fue confiado. Un don que será eterno presente si en vez de destruirlo, buscamos preservarla con cuidado y amor.
Un don que por nuestro amor se transformará en cielos nuevos y una tierra nueva.
Amémonos a nosotros mismos, amemos al prójimo, amemos a Dios, amemos nuestro planeta y el cosmos entero.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento