Lo comprobamos cada día en casa, en el trabajo, en la sociedad. Construye quien vive en la Verdad y pone en todo el amor fraterno: es "trigo limpio". Destruye el egoísmo, la ambición, la pura apariencia... Todo, "paja que se lleva el viento". (P.M.)
Para construir relaciones verdaderas, son necesarias algunas actitudes. Primero es esencial tener una completa libertad de ambos lados. Los condicionamientos debilitan los lazos de cualquier relación.
El amor mutuo debe ser la regla de la relación.
No es fácil tener un amor puro, que esté despojado de intereses. Sin embargo, es la base sólida sobre la que podemos construir todas las relaciones.
El apego a las personas puede significar un egoísmo sutil, especialmente cuando hacemos cosas buenas esperando algo a cambio.
Las relaciones verdaderas no necesitan ser probadas, porque la confianza recíproca es la gran prueba de que nos amamos de la misma manera como Jesús nos enseñó.
El amor que nos une también debe ser verdadero y debe declararse con hechos y no sólo con palabras.
Abraços,
Apolonio Carvalho Nascimento